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domingo, 20 de noviembre de 2011

La historia de Elisa- Cap 7.

'' Nunca quise entrar, en otro corazón, que no fuese el tuyo, nunca quise sentir, cerca a otra persona, que no fueras tú... ''
No fué dificil despertarme con esa canción retumbando en mis oídos, era nuestra cancion, de Jake y mía, aunque siempre me enseñaba canciones nuevas, esa era la que más me gustaba, la que más me recordaba a él. Eran las 7 en punto de la mañana. Tenía sueño, cada dos minutos un bostezo aparecía en mi boca. Me levanté y fuí arrastrándo mis pies hasta el armario, no tenía ganas de andar, pero sabía que debía hacerlo, por Jake, por culpa de mi madre y por nosotros dos.
Cojí una sudadera cualquiera y unos vaqueros, los calcetines y los zapatos los tenía en el salón. Procuré no hacer mucho ruido arreglándome, ya que nadie debía de saber que me iva, volvería pronto, en cuanto fuese a casa de Jake y hablase con él, cojí 10 euros, por si acaso, el móvil, las llaves... ya está. Fuí al salón andando de puntillas y me puse los calcetines y los zapatos. Una última mirada en el espejo del salón, correjí un poco mi flequillo y me froté los labios para terminar. Abrí la puerta lentamente, salí y cerré lo más silenciosamente posible. Lo más difícil ya estaba, ahora tocaba ir a casa de Jake. Vivía enfrente del parque del chopo, en un chalet gris azulado, con las ventanas blancas, de aspecto antiguo, y un enorme jardín con gnomos de juguete.
Bajé las escaleras de la finca, porque el ascensor tardaba más de 1 minuto en subir y bajar, y me faltaba tiempo. Baje rápidamente, creo que demasiado. Resbalé y caí, escuché como retumbó toda la barandilla por el impacto de mi cuerpo, y luego como caía en el suelo, me dí en el brazo, me dolía, pero me levanté y seguí bajando las escaleras, más despacio, pero sin perder el tiempo. Ya estaba en el último piso, salí hacia el pasillo que llevaba a la puerta principal, habían unos grandes espejos en los que me reflejé y ví como mi sudadera tenía un trozito manchado de sangre en el brazo, pero me daba igual, abrí la puerta y salí.
Recorrí las calles de casi todo el pueblo, pasé por la playa, por la heladería y por último, por el parque del chopo. Estaba enfrente de su casa, aunque las persianas estaban bajadas... Llamé primero a la vecina, ya que con sus padres no me llevaba muy bien, segun ellos su hijo empezó a contestarles mal cuando empezamos a salir.
'Piip, piip, piip' Sonó el timbre unas 5 veces.
-¿Sí? ¿Quien es?
+Hola, soy Elisa, Tere, ¿Sabes si Jake está en casa?
-¡Pequeñaaa! ¡Cuanto tiempo! ¿Como estás?
+Muy bien, ¿y tú?
- Pues igual cielito! ais, ¡me alegro mucho cada vez que vienes! Por cierto, que me han dicho las vecinas que la madre de Jake le está buscando, que lleva sin aparecer por casa desde anoche.
+¿QUÉ
? No puede ser... ¿y si le ha pasado algo?
-Pues su madre te hecha todas las culpas a tí, aunque sabe que habeis cortado y por eso no te ha llamado, ni a tí ni a tu madre, porque supone que su hijo no estaría contigo.
+La que tiene la culpa es mi madre.. bff, no sé que voy a hacer...
-Uis, ¿Y eso? Tranquilizate chiquitita, seguro que está bien, ¿Por qué no vas a dar una vuelta por el parque o por la playa? Jake va mucho por ahí...
+Bff, ya te contaré... Sí, mejor voy a buscarle que ya son las 7:30 y tengo que llegar a casa antes de que se despierten mis padres... Adios Tere, ¡muchas gracias por todo!
-Hasta pronto pequeña, ven las veces que quieras que estaré aqui. ¡Ten cuidado!
Tere era una de mis mejores amigas, a pesar de que me llevaba varios años y de que era como una segunda madre para mí. Era una chica de 30 y pico años que vivía sola con sus dos gatos, sabía mucho sobre temas del amor, y conocía perfectamente a Jake desde que nació, ya que fué varias veces su niñera... Bueno, ahora hay que centrarse en Jake, ¿Donde estará? Bff, no tengo ni idea... me conozco poco este sitio, a pesar de que llevo ya bastante tiempo aquí, y aún tengo miedo de los demás, ¿Y si aún piensan en hacerme daño? Recuerdo que anoche tenía varias llamadas perdidas de Ezequiel, ese gilipollas... él, sus amigitos y sus estúpidos celos tienen la culpa de todo esto... Voy a ir a la playa, es posible que esté ahí, aunque no estoy segura. Caminé y caminé, pasando otra vez por el parque, por el banco en el que rompí a llantos aquel día, por la colina, y llegué, pero ahí no había nadie, tan solo un viejecito con su nietecito, paseando mientras el pequeño recoje conchas... Por un momento me gustaría ser uno de los dos, el niño... porque no tiene preocupaciones, tan solo encontrar la concha más bonita para dársela a su mamá. Y el viejecito... que tan solo tiene que ocuparse de que al pequeño no le pase nada, porque el ya ha vivido toda su vida, y tiene más experiencia que cualquiera. Pero no, no puede ser, al fin y al cabo mi vida no es tan mala... Aunque sería mejor si solo estubiésemos yo y Jake... Ni mi madre, ni Ezequiel, ni nadie más... Fuera problemas, fuera preocupaciones... Bueno, a lo que vamos ¿¡DONDE ESTARÁ ESTE CHIQUILLO!? ... Estube un buen rato buscando posibles lugares, pasé por todos los sitios donde creía que pudiese estar, en la heladería, la tienda de cómics, la casa de sus tíos... Nada, no está... Ya no se me ocurre nada, y ya son casi las 8, mis padres se suelen levantar a las 9- 9:30... Así que me queda poco tiempo. Espera un momento... y si... ¡EL ACANTILADO! Seguro que está ahi... Ahí fué donde nos besamos por primera vez, donde me dijo que me quería, donde sentí por primera vez algo muy fuerte hacia él... Fuí hasta ahí y baje las escaleras que poca gente conocía hasta llegar a ese pequeño trozito de playa y todo lo demás hermosas rocas con diferentes formas. Y ahí estaba él, mi pequeño Jeiki.. Tenía ganas de verle, de contarle que todo esto tan solo había sido una equivocación, por culpa de mi madre. Hechaba de menos esa carita de angelito, esos ojitos azules verdosos y ese precioso pelo castaño que se va haciendo claro conforme va llegando a las puntas. Él es perfecto tal y como es. Llevaba una sudadera roja, unos vaqueros hasta las rodillas y unas deportivas blancas con rayas rojas, él es de los que nunca tienen frío... jajaja. Me acerqué sigilosamente hasta él, llevaba el ipod en la mano y los auriculares, y miraba una y otra vez hacia el mar, que estaba agitado. Me acerqué lentamente a la roca, subí y me senté detrás de él, le quité un auricular y le dije eso que llevaba desde ayer queriendo decirle:
+Te quiero...
-¿Elisa? ¿Que haces aquí? Vete porfavor, no quiero más mentiras... Vete...
Tenía los ojos rojos, debía de haber pasado un buen rato llorando... y estaba apunto de caerle otra lágrima más. Se giró e intentó bajar de la roca, irse. Pero se lo impedí.
+Jake, no te vayas, porfavor, escúchame...
-No, elisa, no. Para que voy a escucharte, si tan solo me has mentido...
+No Jake, confía en mí, ¡Todo esto es cosa de mi madre! Ella cojió el telefono y te dijo que te odiaba... ¡Pero se lo inventó todo Jake! ¿Aún no te has dado cuenta de que sin tí me cuesta respirar, de que te necesito por encima de todo, de que haría cualquier cosa por tí y de que nunca jamás te haría daño?
-Pero...
+¡Nada de peros Jake! Te quiero...
Me acerqué lentamente y le besé, tal y como el primer día... En el mismo lugar, con las mismas o parecidas sensaciones.
-Yo también te quiero Lis, lo siento por no haberte querido escuchar...
+No pasa nada, yo también me equivoqué, pero ya está todo solucionado, no te preocupes.
-A partir de ahora confiaré más en tí, te lo prometo...
+No te preocupes, Jeiki... 
Y nos tumbamos en la roca, abrazados, como antes.
+Pff, ¿qué hora es?- miro el reloj, las 9- ¿LAS 9? ¡ME TENGO QUE IR PERO YA! se me pasa todo volando contigo...
-Te acerco yo, que he traido la bmx.
+Vale.
Y fuimos cogidos de la mano hasta donde estaba su bici, que estaba atada con un candado grisáceo. Subió él primero y luego subí yo en los palos esos que no me acuerdo como se llaman, pero que si estás un rato, te duelen las plantas de los pies. En cuanto cojimos un poco de velocidad el aire arrasaba con mi cara y con mi pelo, despeinándomelo por completo, pero me daba igual, me encantaba la sensación de velocidad, hicimos un giro muy brusco ya que un autobús se nos coló en una esquina y casi nos caemos, pero Jake supo controlarlo y yo me agarré muy fuerte a él, dejándole incluso unas marcas de mis uñas...
Ya habíamos llegado. Me despedí con un beso rápido de Jake por si mis padres ya estaban despiertos y corrí a la entrada, una última miradita a mi niño favorito y subí las escaleras corriendo. Saqué de mi bolsillo las llaves de casa y abrí la puerta despacito, muy despacito. No había señales de vida, entré al cuerto de mis padres y estaban durmiendo, ni se habían enterado de que me había ido, una extraña sensación recorrió mi cuerpo, alguien estaba detras mía.
-¿Que haces despierta teta? - dijo Manuel frotándose los ojitos- ¿y porque estás vestida?
+Oh por nada por nada, anda, vamos a dormir un ratito más, que seguro que tienes más sueño.
-Vale.
Lo cogí de la mano y lo acosté en su cama, le dí a su buzz y lo abrazó. Cerre la puerta de su cuarto despacito y me fuí al mío, cerré la puerta tambien y me puse el pijama. Era como volver a empezar un día que para mí ya había pasado.




2 comentarios:

  1. Bonito blog :)
    Pásate por el mío
    esolounmundoelnuestro.blogspot.com

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  2. Gracias, el tuyo también es preciosoo :)
    Besitos, ah, y te sigo el blog , vale? (L)

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