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domingo, 23 de septiembre de 2012

La historia de Elisa- Cap 12.

Otro día más. Y yo le echaba cada vez más de menos. A él, y a ellas. Es difícil el ambiente en casa. Mi madre parece más feliz. Me da la sensación de que es porque ya casi no salgo, pero no sé, tal vez sea por otra cosa. Voy de vez en cuando a la playa con Manuel, y ayer me encontré a Thelia y Tristán, quienes se iban ya a casa después de todo el día en la playa. Me preguntó por Jake y yo no supe qué responder. No quería preocuparle, ni tampoco darle demasiada información. En el fondo me caía bien, pero seguía teniendo algo de culpa de que Jake ahora no me hablase. Volviendo a mi vida, no hay gran cosa que contar, estoy sentada en el sofá viendo la tele y acariciando a Roy. Ese pequeño gatito me había cogido mucho cariño. Aunque siempre estaba con Manuel y hacía todo lo que él le decía... ¡Hasta dormían juntos! Manuel está aún dormido. Mis padres han salido. Es extraño pero antes no solían salir nunca. Creo que pasa algo y no me lo quieren decir. Sea lo que sea espero que me lo cuenten pronto, o me preocuparé. Sonó el teléfono y me dirigí a mi cuarto para cogerlo. Roy me siguió, pero se detuvo en la puerta de Manuel. Le miré y le abrí la puerta. ¡Qué adorable! Espero que no le despierte... Cogí el teléfono y mi sorpresa fue enorme al escuchar aquella voz.
-Estoy en tu portal, otra vez... Yo... lo siento Elisa... Sé que no me querrás dejar subir, pero sé que todo aquello que pasó con Jake es culpa mía. Acabo de estar en su casa. Está muy jodido, Elisa. 
-Ah...Ahora te abro...
Colgué y fui hacia el salón. Abrí la puerta del portal. A los pocos minutos sonó la puerta y abrí. Tristán tenía la nariz morada y el labio ensangrentado e hinchado.
-Elisa, si no quieres que entre no hace falta, me puedo quedar aquí...
-No seas tonto, pasa. Pero no hagas ruido, Manuel sigue acostado- le dije, aún mirando su rostro magullado.
Asintió y se sentó a mi lado en el sofá. Me miró preocupado, y antes de que pudiera preguntarle qué había pasado, empezó a hablar.
-Verás, cuando ayer te vi en la playa, y te pregunté por Jake, noté que algo iba mal. Luego Thelia me dijo que Jake no había aparecido ninguna de las veces que habíamos quedado. Así que decidí ir a verle. Ya era tarde ayer así que decidí ir hoy. Toqué al timbre y su madre me abrió. Me dijo que subiese, que Jake estaba arriba y que no sabía qué le pasaba, que mirase a ver si yo le podía animar un poco. Sabía que a la persona que Jake menos quería ver sería a mi, pero aún así subí a verle. Nada más abrí la puerta el se giró y me vio. Cerré la puerta y él me preguntó casi gritando que qué hacia yo en su casa. Estaba tan cabreado, tan jodido... No supe que contestarle. Me quedé ahí parado. Él se levantó y me dijo que era por culpa mía. Que era un capullo, que te quería. Y lloraba y le pegaba a todo lo que veía. Mi cara estaba entre todo aquello. Luego se tumbó en la cama y abrazó la almohada. Yo me fui. No podría aguantar mucho más ver aquello. Elisa, no puedo quedarme sin hacer nada. Yo... solo quería disculparme porque en realidad no soy nada grosero, es más, odio a la gente así. Pero acababa de salir de un problema y tenía ganas de fastidiar a alguien, de hacerme el guay... No sé si me entiendes, pero yo no quería que pasara nada de esto. Jake es mi amigo, y tú... bueno, tú me caes muy bien Elisa, y me gustaría haberte conocido bien y ser tu amigo, pero creo que lo mejor es que deje de entrometerme. Si necesitas algo, solo dímelo. Y si Jake necesita algo, dímelo también. Haré lo que sea por arreglar esto... al fin y al cabo es culpa mía... Lo siento Elisa.
Era un tipo fuerte. Si yo fuese él, probablemente estaría llorando. Y todas aquellas palabras se habrían quedado dentro de mí. 
-Yo...
Tristán me miró y sonrió. Me dio un beso en la mejilla y se marchó. No podía creer todo lo que había dicho. Jake... ¡Le había pegado! Con lo que ellos se querían como amigos. Sentía que todo aquello era culpa mía. Pero Jake... pero si él no mataría ni a una mosca... Lo único que tenía claro es que sentada en el sofá, en pijama todo el día no haría nada. Fui a vestirme y a arreglarme. Manuel se levantó. No había caído en eso... ¿Con quien se quedaría Manuel? No tardaría mucho, pero si mis padres volvían y se encontraban a Manuel solo, me caería una muy buena. Son muy maniáticos con eso, a pesar de que Manuel ya es bastante mayocito. Toqué al timbre de la vecina. Encarna sonrió y me preguntó qué pasaba. Le conté todo y ella puso cara de preocupada. Aceptó encantada de cuidar a Manuel. Conectamos desde que la conocí, tenía 27 años pero me llevaba genial con ella. Aunque la solíamos llamar Ana, porque a ella no le gustaba mucho su nombre. Cogí el móvil, las llaves y me despedí de Manuel. Toqué al timbre de Ana, quien ya estaba vestida. Se despidió de mi y me dijo que no me preocupase por Manuel. Bajé las escaleras rápidamente. Salí del portal y me adentré en el pueblo. Me dirigía hacia la casa de Jake. No estaba segura de lo que iba a hacer, pero igualmente sabía que debía hacerlo. Llegué. Toqué al timbre. La madre de Jake abrió, me miró de arriba a abajo.
-¿Que haces aquí?
-He venido a ver a mi novio.
Ella siempre me había odiado. Según ella le robé a su hijo, ya que antes se lo contaba todo y desde que estaba conmigo ya no le contó nunca más nada y encima le hablaba mal. Yo no sé como su madre puede ser así. Con un hijo tan perfecto. Yo sería la madre más feliz del mundo, y le dejaría estar con su novia todo lo que quisiera, ya que querría que fuera feliz. Sin embargo, ella siempre le ha prohibido estar conmigo y muchas veces tenía que mentirle y decirle que salía con Ezequiel, o con sus amigos de Yotx. 
Ella me miró mal y aun no queriendo, me dejó pasar. Sabía que su hijo estaba mal y que era algo relacionado conmigo. Subí a su habitación. Estaba enfrente de la puerta, pero no me atrevía a tocar. No había llegado hasta ahí para no hacer nada, así que me armé de valor y toqué ligeramente la puerta. 
Un ''¡LARGO!'' se alcanzó a oír dentro de la habitación. Abrí la puerta. No pude con aquello, pero tenía que ser fuerte. Tenía los ojos rojos de llorar. Estaba sentado en una esquina de la cama y miraba por la ventana. 
-Hola, Jake- cerré la puerta y me quedé quieta.
Se giró y se sorprendió al verme. Se giró hacia la pared y se tapó la cara.
-Vete...- sollozó.
-Jake no seas así... por favor...- estaba a punto de romper a llorar, de suplicarle que todo volviese a ser como antes. Pero volvió a mi cabeza aquello de ''Sé fuerte''.
-No quiero que me veas así, vete Elisa...
Estaba a punto de obedecer, de irme, de olvidar y dejar que pase el tiempo. Pero algo me sujetó los pies y me quedé quieta esperando algo que me dijese que estaba haciendo lo correcto.
-Elisa joder... vete... porfavor... ¿Mi madre te ha dejado entrar?
-Jake, digas lo que digas no me iré. Si quieres que me vaya tendrás que obligarme. Y sí, tu madre me ha dejado entrar.
Jake no contestó. Me daba tanta pena verle así.
-Jake... He hablado con Tristán... me dijo que había venido a verte... Jake yo... no quiero que esto se acabe por una tontería... ¡Tristán es tu amigo! Y además, solo intentaba ser amable... Te entiendo Jake... entiendo que te pusieras celoso porque yo probablemente también me hubiese puesto celosa. Pero no lo lleves tan lejos Jake, por favor. 
Parecía que Jake ni respirase. Le miré esperando una respuesta, pero la respuesta no llegó.
-Jacob, escúchame.
Él mismo me contó que no le gustaba nada que le llamasen Jacob, ya que solo le llamaban así cuando algo era muy muy serio y cuando iba algo mal. Me miró extrañado de que le llamase de esa forma. Entonces entendió que las cosas no acabarían bien como no hiciese algo.
-Elisa... yo... lo siento... fuí tan estúpido... es decir...¡Soy tan estúpido!
-Para Jake, no empieces con eso. No es culpa de nadie, son cosas que pasan y ya está...
-Te quiero, Elisa. Te quiero muchísimo.
-Yo tambien te quiero, Jeiki. 
Se levantó de la cama y me abrazó. Y ya no aguanté más. Lloré todo lo que me había guardado. Él me abrazó más fuerte. Me sentía protegida entre sus brazos. Me susurró que nunca volvería a pasar, que me quería muchísimo, que no me quería perder nunca, que me quería... Yo simplemente sonreí y no me aparté de él.






sábado, 22 de septiembre de 2012

La historia de Elisa- Cap 11.

Era domingo. La tiendas del pueblo cerraban y la mitad de la gente se encerraba en casa intentando relajarse antes de volver a empezar otra semana estresante. Sentada sobre mi cama, me refugiaba del mundo abrazada a mis piernas. Habían pasado tan solo tres días desde que Nayara y Sara se habían ido y ya las echaba de menos. Supongo que la situación hacía que las añorase aún más. Yo cabreada con Jake y él conmigo. He pensado en llamar a Nayara, pero no quiero preocuparle.
 El caso es que la tarde en la que Nayara y Sara se iban, nos tocó hacer de niñeras, creíamos que solo estaríamos un rato y que luego podríamos salir para que ellas se despidiesen, pero mis padres volvieron tan tarde que nada más volvieron mi padre las tubo que llevar a casa. Me cabreé con mi madre a más no poder y hasta ahora estoy sin hablarle. Dice que surgió un imprevisto. Pero ni si quiera se ha limitado a decírmelo. Solo lo hizo por hacerme la puñeta porque según ella no le hacía caso desde que salía tanto. Dios, pero si estamos de vacaciones... El caso es que al día siguiente mi madre vino a decirme que se irían a Riverwills con Manuel, para pasear un rato y que si quería ir. Ni contesté, ella ya sabía la respuesta. Se fueron y yo desayuné y me puse a ver la tele. Tocaron al timbre y yo aún bostezando y con toda la boca manchada de colacao abrí la puerta y Jake se abalanzó sobre mí cerrando la puerta tras de sí. Me abrazó tan fuerte que casi creí que me asfixiaba. Le dí un beso en la frente.
-¿Qué haces aquí a estas horas, eh?
-Bueno, la vecina me dijo que tus padres se habían ido. Y subí a verte. Además, sé que estás triste porque Nayara y Sara se han ido, y vengo animarte.
-¿Sabes que todo lo que dices suena mal en mi cabeza?
-Eres una pervertida.
Me miró mal y se sentó en el sofá, apoyando la cabeza boca abajo sobre los brazos. Sonreí. Era tan infantil. Tan pequeñito. Pero cuando tenía que ser serio y maduro, lo era. Me encantaba esa faceta suya. Me acerqué a él y me senté a su lado.
-¡Quita! ¡Pervertida!
-¡Serás! 
Me levanté haciéndome la enfadada y fui a mi cuarto, me tumbé en la cama boca abajo con la cabeza en la almohada. El móvil sonó y lo cogí.
-¿Diga?
-¡ELISAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
-Shhhh shhhh, ¡no grites Nayara!
-Es que me emociona oír tu voz. Te hecho de menos. Y Sara también aunque no te lo diga.
-Ya, ya lo sé, Sara es así, no pasa nada... Yo también os hecho muchísimo de menos.
-El caso es... 
-Di...
-Bueno... Sara y yo... queríamos...
-¿Queréis acosar a Derek y a Jason?
-Bueno, Sara quiere el teléfono de Jason para chatear y eso...
-Y tú el de Derek, ¿no?
-Sabes que tiene novia Lis...
-¿Y qué importa? ¿No puedes hablar con él o qué? ¡No seas tonta! En cuando los tenga te los envío por What's app.
-Vale Lis, gracias, dale recuerdos a Jake, ¡TE QUEREMOSSSS!
-Yo tambien tonta.
Colgué y sonreí. Me giré y Jake me miraba curioso.
-¿Era Nayara?
-¿No te han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?
-Eres mala conmigo...
Me senté en el borde de la cama y el se sentó a mi lado. Le abracé y le besé. Sonreí en medio del beso y el sonrió acto seguido. 
-¿Sabes lo que te quiero?
-Pues no, no lo sé.
-Pregúntaselo a Tristán- y se echó a reír, no se podía negar que estaba celoso de que Tristán me llamara ayer para saber como estaba y tal... Me extrañó muchísimo ya que apenas lo conocía y no tenía muy buena impresión de mí y yo no muy buena de él... Pero me gustó poder contarle a alguien en ese momento lo triste que me sentía.
-¿Estás celoso?
-¡Que va! Si Tristán es mi amigo y se...
-¡Estas celoooosooooo!
-¡Mentira!
-¡Verdad!
Corrí hacia el salón y el me perseguía gritando. En ese momento sonó el timbre del portal de abajo. Me asusté y casi me caí, pero Jake me sujetó y impidió que chocara contra el suelo. Le sonreí y fui hacia la puerta. 
-¿Quien es?
-Elisa, soy Tristán, ¿me abres? Quería darte una cosa...
Instintivamente miré a Jake, quien me miraba extrañado, y que poco a poco tornaba sus ojos en un verde intenso que se le ponía cuando estaba mosqueado. Estaba realmente celoso.
-Si, claro... Un segundo.
Le abrí el portal y le dije que subiese. Jake me miró. Fui corriendo y le abracé. Me dolía que se pusiese tan celoso. Yo a él le quería muchísimo y sabe que nunca le engañaría, y no me gustaba que desconfíara de mi.
-Eh celosín, tranquilo, no va a pasar nada. Siéntate en el sofá y pórtate bien, que te conozco.
Me besó en la mejilla y fue a sentarse al sofá. Adoraba esos momentos en los que se comportaba como un niñito pequeño. Era tan adorable. Sonó la puerta y fui a abrir. Tristán me abrazó y luego me dio dos besos. Le dije que pasara y cerré la puerta. Miró a Jake extrañado y luego me miró a mi. Jake le saludó y siguió atento a la televisión, pero sin quitarme el ojo... ¡Este chico! No tiene remedio...
-Bueno... Tristán... ¿Que es lo que querías darme?
-Bueno, emmm...- su mirada se dirigió hacia Jake, que estaba tumbado en el sofá y esta vez estaba aún más atento a los dibujos y no prestaba mucha atención a nuestra conversación- ¿Podría ser en privado? Bueno... esto... es que...
Le sonreí y le llevé a la cocina. Jake me miró y yo negué con la cabeza. Me entregó una pequeña bolsita roja. Me sonrió y me dijo que la abriese. La abrí. Era una pulsera de plata con una bicicleta azul y un delfín colgados, y aparte también había una libreta con todos los enganches que podías comprar para la pulsera. Me la puse y le abracé fuerte.
-¡Muchísimas gracias Tristán! ¡Es preciosa! Pero no entiendo por que...
-Bueno, simplemente disculparme por que fuí un tanto grosero cuando nos conocimos.
-No tenías porque gastarte dinero... Además, nosotras también fuimos groseras, no pasa nada...
-No importa, me alegra que te guste.
Sonreí. Es lógico que no le importe. Jake me dijo una vez que su familia tiene muchísimo dinero y que se lo consienten todo a él y a su hermana. Nos dirigimos hacia el salón mientras yo contemplaba exahusta mi nueva pulsera. Era realmente preciosa... Y aquella bicicleta... Nunca olvidaría cuando conocí a Tristán. Y si lo olvidaba, siempre estaría la pulsera para recordármelo. Me despedí de Tristán y Jake le miró de arriba a abajo. También se despidió, pero no le hizo mucha gracia. 
-¿Por qué ha venido? ¿Qué quería? ¿Por qué os habéis ido a la cocina?
-Jake, solo ha venido a darme un regalo...- le enseñé la pulsera, feliz.
El se entristeció. Jake era más o menos como yo de dinero, tenía lo suficiente y vivía bien, pero todo lo que me regalaba solía ser hecho a mano, por él. Aunque nunca me importó porque me parecia precioso todo lo que me hacía. Le quería tanto que no me importaba nada de nada.
-Jake... ¿Qué pasa?
No hablaba, ni si quiera murmuraba. Miraba hacia el suelo, cabizbajo. Y entonces oí algo que provenía de él. Ese pequeño sorbido de nariz que únicamente haces cuando lloras. Me entraron ganas de llorar. No podía... Verle llorar siempre fué mi punto débil.
-Jake... yo... 
Me senté a su lado y le subí la cara. Le limpié las lágrimas con el dedo y el no apartó su mirada de mí. 
-Te quiero...- sollozó.
-Yo tambien te quiero Jake, no seas tonto ¿Como no te voy a querer?
-Le... le quieres a él... ¿verdad? El te quiere a tí... y te puede dar muchas más cosas que yo...
-¿Y eso qué importa? Yo te quiero a tí, Jake, ya lo sabes...
-¡Sé que tú le quieres Lis! - se puso nervioso, gritó sin ni darse cuenta y yo me eché a llorar. No podía creer lo que estaba pasando solo por un tonto ataque de celos. 
Por suerte, o no tanta, su punto débil tambien era verme llorar. Pero se hizo el duro. Se levantó y se fue. Cerró la puerta tras de sí.
Hasta ahora ni si quiera me ha llamado. Yo me he limitado a quedarme aquí en casa alejada del mundo. ¿Enserio habíamos acabado? ¡Pero yo le quiero! Y él... el me quiere... ¿no?

lunes, 3 de septiembre de 2012

La historia de Elisa- Cap 10.

''Sittin' here wide awake, thinking about when I last saw you...''
Aquella canción no se borraba de mi mente. De alguna forma, Jake siempre conseguía que se me quedasen todas las canciones que me enseñaba. En concreto, esa era de Lawson. Me la enseñó un día cualquiera en el que me estaba enseñando algunas canciones que le gustaban. Y hablamos casi toda la tarde sobre música. Siempre he pensado que tiene un muy buen gusto en la música. También me enseñó una de mis canciones favoritas, Kiss me slowly, de Parachute. Preciosa, como muchas de las canciones de ellos.
Son las 5 de la madrugada. No consigo dormirme de ninguna forma. Nayara y Sara duermen como lirones. Manuel y mis padres también. Si escucho atentamente, se oyen los ronquidos de mi padre. Tengo una familia muy extraña. Pero les adoro. Mañana por la mañana se van las chicas. Y yo otra vez me quedaré sola. Qué rabia. Pero Jake siempre esta ahí. Desde el primer día. Bueno, y supongo que este verano también estarán sus amigos. Y aquel extraño, pero guapo personaje. Tristán. No sé porque ahora pienso en él.
En la cocina no hay nada de comer. Ni un miserable trozo de pizza. Y tengo hambre. Tal vez me haga algo, pero mi madre siempre me decía que es malo levantarse de madrugada y comer. Que elimina por completo la posibilidad de dormir otra vez. Pero tampoco es que fuese a dormir mucho más. No tenía sueño. 
Me senté en el sofá y reflexioné. ¿Comía, o no? Si yo fuese Sara, sin dudarlo sería la segunda opción. Según ella, odia comer. Y por esa razón está tan delgada. Si yo no comiese, ¡también sería el palillo que ella es! Pero creo que nunca podría no comer. Me encanta comer. Como a Nayara. Pero ella come más que yo. Aunque hace muchísimo ejercicio y eso lo iguala. Bueno, creo que iré a intentar dormir. 
Dos horas más tarde, sonó el riiiing de mi móvil. Lo cogí, aún dormida.
-¿Diga?- conseguí pronunciar, en voz baja.
-Vaya, ya veo que te he despertado. Lo siento, no era mi...
-No importa-le interrumpí.
-¿Has dormido bien?-me preguntó dulcemente.
-No mucho, me he despertado a las 5, pero me conseguí volver a dormir.
-Oh, vaya... Bueno... ¿Salís?
-Los lirones aún siguen durmiendo. 
-Me lo imaginaba, jajaja... Bueno, Elisa, si salís me llamas, ¿vale?
-Supongo que si que saldremos. Te llamaré cuando estas se despierten. Te quiero.
-Y yo, preciosa.
Sonreí y colgué. Y mantuve la sonrisa un buen rato. Aunque parezca que no, adoro cuando él me despierta.
Me levanté y fui al baño a lavarme la cara. De ahí fui a la cocina. Saqué un vaso y lo llené de leche. Hoy no me apetecía colacao. Lo puse en el microondas y giré la rosca hasta el minuto. Saqué las galletas mientras esperaba, y el azúcar. Sonó el pling, y cuidadosamente saqué mi vaso de leche. Le puse dos cucharadas de azúcar y abrí el paquete de galletas. Mojé unas cuantas galletas y cuando terminé, me dirigí hacia la habitación y sin pensarlo ni un segundo, me tiré encima de Nayara. Ella empezó a gritar y yo le tape la boca y me reí. Ella me pegó en el brazo. Sara también se había despertado del grito de Nayara. Nos miraba atenta y adormilada. Nayara me sonrío irónicamente y me aparto de encima suya. Puso cara de enfadada y me sacó la lengua. Yo fruncí el ceño y la abracé. Ella se echó a reír. Y me contagió la risa a mi también. Entonces mi madre abrió la puerta.
-¡Pero bueno chicas! ¿Que hacéis despiertas? 
-Mamá, ya son las 8 y media.
-Aun así, sabes que tu padre está cansado y que hacéis mucho ruido. Y Manuel también está dormido.
-Lo siento, mamá. No haremos más ruido.
-Anda, ahora ir a desayunar, bichos- y sonrió.
Después de eso fue a la cocina y preparó el desayuno para Nayara y para Sara. Yo ya le dije que había desayunado. Manuel se despertó y desayunó con Nayara y con Sara. Mamá volvió a la cama, pero antes nos dijo que no hiciésemos ruido, y que vigilásemos a Manuel. Cosa en la que Manuel no estaba muy de acuerdo, que el ya no era ningún niño pequeño al que hubiese que vigilar. También nos dijo que ahora no podríamos salir, ya que saldrían dentro de una horas y tendríamos que estar con Manuel. Manuel miró mal a mamá, pero ella no le tomó importancia y continuó hablando. Lo último que dijo fue que no tardarían en volver. Y fue a la habitación, supongo que para arreglarse y levantar a papá.






domingo, 29 de abril de 2012

La historia de Elisa- Cap 9.

*RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING RIIIIIIIIIIIIIIIIIIING RIIIIIIIIIIIIIIIIING*
-Haz callar a esa cosa Elisa...- dijo Nayara con voz de dormida, aún con la cabeza apoyada en la almohada y los ojos cerrados.
Le dí un golpe al móvil y se estampó contra el suelo. Seguía sonando, incesable. Impaciente por lograr despertarnos. Alargué la mano, pero no conseguí llegar al móvil que se había metido entre los colchones. Me levanté cuidadosamente, pero no servía de nada. Donde debía haber algo no había nada. Sacudí a Nayara para despertarla, giro su cabeza y abrió los ojos lentamente.
-¿Qué quieres ahora? ¡Dios! Como no hagas callar a ese cacharro lo tiro por la ventana. ¿Donde está Sara?
-No lo sé, por eso te he despertado. 
-Estará arreglándose... Siempre hace lo mismo. ¿Te acuerdas en el campamento? Nos llamaban a las 9, que ya es pronto. Y ella se levantaba a las 6 en punto para ducharse, arreglarse, maquillarse y no se qué más...
-Jajajaja, bueno ella es así. 
Por fin alcancé el teléfono, pulsé el botón de la derecha y le dí a Desactivar alarma. Desde el fondo del pasillo, cerca de la cocina, escuchamos un ruido. Nayara se levantó de golpe y yo corrí hacia la cocina. Allí estaba Sara, toda maquillada, vestida y arreglada, como ya suponíamos. Tenía en la mano izquierda un brick de leche y en la derecha, el vaso. 
-¿Qué demonios ha sido eso? ¡Vas a despertar a todo el vecindario! Empezando por mis padres, que ya se cabrearon bastante ayer...
-Ais, lo siento. ¡Es que es difícil ponerse leche sin destrozar mi obra de arte!
-¿Hablas de tus uñas?
-Sí, ¿te gustan?- soltó el brick en la encimera y el vaso de leche y me enseñó las dos manos- ¿A que son monas? Me he tenido que levantar a las 6 para que quedasen así de perfectas.
-Si, si. Muy bonitas. Ahora desayuna que yo ahora vengo. Seguro que Nayara se ha vuelto a dormir. Encima llegaremos tarde...
Me giré y fui hacia Nayara. Nayara asomó su cabeza por la rendija del cuarto de baño.
-Ni te molestes. Sé cuidarme sola eh. 
-Pensaba que te habías vuelto a dormir, buena chica.
-No me hables así, eh. No soy una niña pequeña. 
Me reí y le abracé. Ella se rió y continuó cepillándose el pelo. Entre en mi habitación y cogí la ropa que me pondría hoy. Vaqueros cortos, un pelín altos. Camiseta metida por dentro, color beige con letras negras, de manga corta. Me puse mis medias negras y las converse color beige. Hacía unos días un poco extraños conforme al tiempo. Hoy hacía menos frío que ayer, pero aún así hacía bastante frío. Cogí el bolso negro de adidas, el de puntitos y coloqué en él lo necesario. Llaves, dinero, toalla y bikini por si acaso y el móvil. Justo cuando iba a coger la chaqueta, de dentro del bolso sonó mi móvil. Lo cogí justo a tiempo para que no se escuchase fuerte. Era Jake.
-Tú, ¿Dónde os habéis metido?
-¿Y algo más simpático? 
-Lo sieeeeento, es que ya son casi las diez. Estamos aquí en el Xopo. Y me conozco tu super puntualidad. 
-Puede que la puntualidad no sea mi fuerte, pero no hace falta que te metas conmigo, mala persona.
-Veeeenga va, venir a las 10:30, que si no sé que te enfadarás conmigo por ser un pesado. Nosotros iremos a dar una vuelta y pasaremos por casa a cojer el bañador. Coger vosotras también el vuestro, y toallas. Tengo ganas de tirarme al agua. Pero venga, os esperaremos.
-Bueno, vale. Hace un poco de frío eh... pero bueno... prometo que estaremos en la playa a las 10:30, justo en el puesto de helados, ¿vale? Un beso cielo, te quiero.
-Yo más.
-Anda, no empecemos. 
-jajaja, Chau, no lleguéis tarde.
Iba a contestarle, pero colgó al pronunciar la última palabra. Cuando me propongo no llegar tarde, no llego tarde. Me puse la ropa y le pedí a Nayara que me hiciese una trenza. Cuando acabó se vistió ella y fuimos a desayunar. Sara estaba tumbada en el sofá con la blackberry en las manos. Reía cada dos por tres. Cogí dos vasos y dos cucharas del cajón. Mientras, Nayara abrió la nevera y sacó el brick de leche medio lleno. Me pasó el brick y llené los dos vasos hasta las rallas amarillas. Los metí en el microondas y saqué el colacao. Pling. Saqué los vasos del micro y le dí uno de ellos a Nayara. Removimos hasta que se disolvió el colacao. Luego bebimos lentamente mientras sucábamos unas galletas maría dentro del vaso. Cuando acabamos metimos todo en la pila y pasamos por el baño una vez más. Nos lavamos los dientes y sonreímos a nuestro reflejo. Luego nos miramos las dos y reímos a carcajadas. Sara nos dijo que llegaríamos tarde, así que salimos del baño y fuimos hacia la puerta. Sara esperaba impaciente en el marco de la puerta. 
-Venga, chicas.
-¡Ya vamos, pesada! 
Cerré la puerta de un portazo y bajamos las escaleras. Salimos del portal. Hacía más frío del que yo me pensaba y me puse la chaqueta. Nos dirigíamos a la playa cuando una bicicleta azul pasó por delante de nosotras y frenó.
-Hola, guapas. Estas no son horas de estar por la calle, eh. Señoritas como vosotras deberían estar durmiendo un ratito más, ¿no?
-O tal vez no- contesté- Nosotras somos muy madrugadoras. 
-Oh, vaya. Esa respuesta no me la esperaba. Soy Tristán. ¿Y vosotras, señoritas?
-Yo me llamo Lacasito. Ella- dije señalando a Nayara- se llama Pez Espada y ella, Chicle de fresa...- reí con un tono despectivo y pregunté- ¿Y a ti que te importan nuestros nombres?  Tampoco queríamos saber el tuyo.
-Bueno bueno, veo que os habéis levantado con el pié izquierdo, sobre todo tú, señorita Lacasito. Así que mejor me voy, hasta luego, nos veremos pronto.
-Pues yo espero que no...-dijo Nayara.
Nos reímos las tres mientras la bicicleta azul desparecía. Aquello resultó un tanto extraño. Seguimos nuestro camino hacia la playa y cuando llegamos nos dirigimos hacia el puesto de helados. Y ahí estaban sentados cuatro chicos, de espaldas, hablando entre ellos. Reconocí la cabezita castaña de Jake y les hice un gesto a las chicas para que se callasen. Me acerqué despacio y sin hacer ruido y le tapé los ojos.
-Sé que eres tú. 
-Jopé, siempre lo sabes. 
-Tengo muy conocidas tus manos. 
-Jajajaj, si, será eso...
Los otros tres chicos se habían acercado a Nayara y a Sara y les habían dado dos besos a cada una. Nos acercamos yo y Jake al grupo, cogidos de la mano. 
-Bueno, ¿Y qué vamos a hacer? - soltó Jason, mirándome.
-No lo sé.
-¿Bañarnos? Si no para qué hemos venido a la playa eh. Mira que sois... jajaja.-dijo Jake.
Pusimos todos las toallas en la arena, una al lado de otra. Estaba a punto de cojer el bikini con las chicas para ir al baño a cambiarnos cuando Jake me cogió en brazos.
-¡Suéltame Jake! -grité.
-No, no, no. Tu te vienes al agua conmigo. 
-Espera que me ponga el bikini, ¿no? ¡Tontorrón, que luego no tengo más ropa! 
Me soltó y me abrazó. Le devolví el abrazo y fui corriendo hacia donde estaban las chicas. Entramos en el baño mientras los chicos se ahogaban mutuamente.
-¡Qué brutos que son!- comentó Sara.
-Bueno, es lo suyo, son chicos- dijo Nayara riendo.
Cada una se cambió y metió la ropa en la bolsa, sacó el bikini, nos ayudamos entre las tres para atarnos el bikini y salimos. Íbamos hablando mientras nos acercábamos al agua. Entonces Jake salió del agua, chopado.
-Uau, está congelada. 
-No, si ya se te ve...
En eso, salió también Austin. Los dos amenazaban con choparnos. Entonces Jake me volvió a cojer. Yo pataleaba.
-¿Otra vez? ¡Ni se te ocurra meterme ahí de golpe, que está fría! 
-Es que esto ha quedado pendiente, lo siento princesa, ¡Al agua que vas!
Jake me cojió aún más fuerte y cuando ya estábamos lo suficientemente profundos, me soltó. Yo me abracé a él. Estaba helada realmente. Le pegué flojito. 
-¡Estás tonto!
Nayara y Sara estaban hablando con los chicos, y nosotros dos nos juntamos. Jake les hecho agua en la cara a sus amigos. Aún conmigo abrazada a él. Ellos se la devolvieron y me choparon toda la cara.
-¡A mi novia no le mojes, payaso! jajajaja- dijo Jake con un tono divertido.
Nayara se hecho a reír, junto con Sara, por la cara que se me había quedado. Mientras tanto, Jake me había soltado y había empezado una clara guerra de agua entre ellos.
-¿De que os reís tontas?
-¡De tu cara!-contestaron y rieron.
Les chopé a ellas también. Y nos acercamos a los chicos, chopándolos a ellos también. Entonces todos empezamos a choparnos mutuamente. Los chicos se ahogaban entre ellos otra vez. Nunca entenderé ese juego, al final se harán daño... Abracé a Jake mientras le echaba agua en la cara a Derek. Le dí un beso en la mejilla y me salí del agua. Me dirigía a las toallas cuando Nayara me sopló en la oreja y yo me empecé a reír. Ese era mi mayor punto débil. Nayara me abrazó y nos tumbamos en las toallas. Saqué de mi bolsa el móvil y puse música. Nayara sacó unos paquetes de patatas fritas y gritó a los chicos y a Sara que viniesen a comer. Jake se tumbó a mi lado y me besó. 
-¡Que estoy comiendo jopé! ¡Vete a jugar con los tontos estos!
-¡Eh, no nos llames tontos!- contestaron los tres chicos, defendiéndose. 
-¿Te has enfadado?- preguntó Jake.
-No, no me he enfadado, pero parecéis críos... 
-Jajajaja, vamos Lis, no seas así.
-Ais, venga, come y deja de hablar.
-jajajaja-rieron todos.
Cuando se terminaron las papas, nadie tenía ganas de ir otra vez al agua. Miré la hora. Las 4:15. Anuncié a las chicas la hora. Sara hablaba con Jason y reía continuamente. Los otros dos chicos escuchaban a Nayara mientras contaba alguna de sus tonterías.
-¿Ya es tan tarde? Madre mía, que rápido se pasa... - dijo Sara.
-Pues ya ves...- dijo Nayara apoyando a Sara.
-Bueno chicos, nosotras casi que nos tenemos que ir ya... Quedamos esta noche... Es que esta tarde no creo que nos dejen salir, que mi madre está cabreada aún... -dije con desgana.
-Vale, no pasa nada. Nosotros estaremos por aquí. Que se ha mudado un amigo hace poco. Y su gemela es la novia de este- dijo Jake señalando con la cabeza a Derek- ¿Quedamos a las nueve y media en el Xopo?
-Vale, creo que nos dejarán. De todas formas te llamo cuando lo sepa.- contesté.
Me despedí de Jake con un beso y un abrazo. Y de los otros tres con dos besos en la mejilla. Las chicas me imitaron y después de volver a despedirme de Jake, nos fuimos hacia casa. Cuando ya estábamos lejos, Nayara empezó a hablar.
-¡Qué pena!
-¿Qué pena el qué? - pregunté.
-Pues que Derek tiene novia... ¡Es el más mono!
-¡Qué va!- dijo Sara- Jason es el más guapo. Además es super simpático y tiene mucho gusto para la moda.
-Venga chicas, ¿no iréis a pelearos por eso? Son todos simpatiquísimos, además de guapos. 
-Bueno, bueno... Pero Derek sobre todo- dijo Nayara.
Sara frunció el ceño y yo les rogué que dejasen el tema. Llegamos a casa y abrí la puerta del portal. Entramos y subimos las escaleras mientras hablábamos. Abrí la puerta de casa y entramos las tres. Fuimos directas a el cuarto y dejamos  las cosas encima de la cama. Nos quitamos los zapatos y nos pusimos los de andar por casa. Nos sentamos en el sofá del salón y encendimos la televisión. Manuel salió de su cuarto y me dio un beso en la mejilla.
-Hola, pequeño. 
-Hola, Lissi.
-¿Como has dormido hoy?
-¡Muy bien! ¡Roy se ha acurrucado en mis pies y me los ha calentado por la noche!
-Jajajaja. ¡Qué bien!
-Sí, ¡Es un gatito muy bueno!
-Sin duda alguna. Olle, ¿Dónde están papá y mamá?
-Se fueron hace nada a comprar. Dijeron que volverían en una hora o así. 
-Oh, vale. Has comido ya, ¿no?
-¡Hace un montón!
Roy asomó las orejas por debajo del sofá y nos echamos a reír los cuatro. Lo cogí y lo puse encima de mis piernas. El pequeño gatito cerró los ojos y se dejó acariciar. Después de un rato viendo la televisión todos juntos, llegaron mamá y papá y les ayudamos a descargar la compra del coche y subirla. Cuando terminamos, subimos otra vez y pasamos el tiempo riendo y contándonos cosas en mi cuarto. Había pasado la mitad del día. Ya eran las 8 y nosotras ya estábamos arreglándonos. Mamá nos llamó para cenar. Cenamos pizza y volvimos al baño a tarminar de lavarnos los dientes y arreglarnos. Era ya la hora. Cogí las llaves y me las metí en el bolsillo. Hice lo mismo con el móvil y llamé a las chicas. Nos despedimos de mis padres y de Manuel y bajamos al portal. Nos dirijíamos hacia el Xopo cuando me acordé de que se me había olvidado llamar a Jake. Bueno da igual, supongo que el ya sabría que iríamos. Llegamos al Xopo. Eran las 9:25. Llegábamos 5 minutos antes. Nos sentamos en la fuente a esperar y llegaron los chicos con algunos acompañantes nuevos. Eran un chico y una chica. De lejos no se les veía bien, pero me sonaba la cara del chico de algo. Aunque no recuerdo de qué. Cuando estaban cerca nuestra, Nayara me dijo que le sonaba la cara del chico. 
-Hey, chicas.- dijo Austin. 
Jake se acercó a mi y me besó. Todos los demás se saludaron entre ellos. 
-Estos son los gemelos. Se acaban de mudar aquí. Se llaman Tristán y Thelia. Ella es la novia de Derek - dijo Jake.
Derek sonrió y Thelia le agarró fuerte de la mano. Cuando dijo el nombre del chico, me acordé de él. 
-¡El de la bicicleta azul!
Entonces las chicas se acordaron también y se echáron a reír. 
-En realidad, es una bmx... pero sí, es una bicicleta. Por cierto, yo aún no sé vuestros nombres.
-Yo soy Elisa, y ellas dos, Sara y Nayara. 
-¿Os conocéis?- preguntó Jake extrañado.
-En realidad sí, Jeiki. Nos los encontramos cuando íbamos a la playa esta mañana. 
Yo y las chicas recordamos las cosas que le dijimos y nos echámos a reir. 
Jake me abrazó fuerte y me dió un beso en la frente. 
-Vaya, ¿Así que la chica esta tan antipática es tu novia, tío?
-No es nada antipática-dijo Jake mirándole mal. 
Le abrazé fuerte y reí. Discutimos sobre a donde iríamos y al final nos decidimos por La Vieja Colina. Estubimos allí todo el rato, mirando la luna, las estrellas y el mar. Era todo precioso. Habían traido comida, pero nosotras ya habíamos cenado. Cuando nos dimos cuenta ya eran casi las 11. Mi madre siempre quiere que llegue sobre esa hora. Nos despedimos de todos y cojí a las chicas del brazo. No quería volver a quedarme sin salir, que mañana era ya el último día. Llegamos justo a tiempo. Entramos a casa riendo aún por lo de aquel chico de la bicicleta azul, Tristán. 
Mi madre nos mandó a la cama y nos dijo que ella también se iba a dormir ya. Dijo que no hiciésemos ruído, que Manuel ya estaba acostado. Las chicas fueron a ponerse el pijama. Yo entré a mi cuarto, me puse el pijama y fuí al cuarto de Manuel. Le dí un beso en la mejilla y susurré un 'Buenas noches' dulcemente. Cerré cautelosamente la puerta y fuí al baño a lavarme los dientes. Allí estaban las chicas lavándose también los dientes y Sara, quitándose lo que le quedaba de maquillaje. Fuimos hacia nuestro cuarto y nos tumbamos en el colchón. Hablamos un rato más y las chicas se durmieron. Yo no conseguía dormirme. Aquel chico, Tristan, tenía algo misterioso... Además, no era feo. Claro que yo quiero a Jake, le amo. Y como él, no hay ninguno. Me giré y apoyé la cabeza en la almohada. Cerré los ojos y al poco rato, me dormí.







sábado, 31 de marzo de 2012

La historia de Elisa- Cap 8.

Ya habían pasado cosa así de dos días o tres desde que estuve a punto de perder a Jake. Ahora ya es todo normal. Mi padre ha ido a casa para limpiar un poco y comprobar que estaba todo bien, y aparte a por Nayara y a por Sara, que pasarían tres días aquí con nosotros. Otra de las novedades es que Manuel ya casi no habla con Fran, o por lo menos desde que tenemos a Roy. Roy es un gato callejero. Nos lo encontramos ayer en la calle, abandonado. Tiene apenas dos meses y es anaranjado con rayas marrones. Es precioso. Entre Manuel y yo lo estamos cuidando bien... A pesar de lo mucho que nos costó convencer a mamá... Jake y yo solemos quedar todas las mañanas. Damos un paseo por la playa y nos bañamos, tomamos algo en la Heladería del Xopo y vamos un rato a la Vieja Colina a recordar el día en el que nos dimos nuestro primer beso. A pesar de que tampoco hace mucho de eso. Cosa así de un mes, o ni llega aún.
Hoy no hay plan. Estoy esperando a que lleguen Nayara y Sara, son las 4 y llegarán dentro de nada. A las 5 he quedado con Jake, ha dicho que traería a unos amigos de Yotx. Yotx es el pueblo en el que nació Jake, donde ahora viven sus abuelos y donde él va ahora al instituto. Y digo ahora porque ya no va a ir más al nuestro, su madre decidió cambiarle de instituto. Está cerca de aquí, a una media hora. Jake me dijo que cuando son vacaciones y fines de semana él vive aquí. Y cuando tiene que ir al instituto va a casa de sus abuelos y duerme allí.
Tengo muchas ganas de que vengan Nayara y Sara. La hecho mucho de menos... ¡Y les tengo que contar todo lo que ha pasado! Se enteraron de que estuve en el hospital por sus madres. Pero ni si quiera me pudieron llamar ya que mi madre me castigó sin móvil. También tengo ganas de conocer a los amigos de Jake, los de Yotx. Dice Jake que me caerán bien seguro. No le he dicho que vienen Nayara y Sara, es una sorpresa.
Ya son casi las 4:15... ¿Dónde estarán Nayara y Sara? Ya deben de estar casi subiendo, o eso espero. De repente escuché el sonido de las llaves de la puerta y me lancé rápidamente a abrir la puerta de mi cuarto y llegar al salón. Y allí estaban Nayara y Sara. Sara iba cargada de maletas, ¡Llevaba por lo menos tres! y Nayara iba con una negra con puntitos azules. Las abracé de golpe a las dos y ellas me devolvieron el abrazo. Les enseñé mi habitación y les dije donde dormirían. Iban a dormir en el cuarto que hay al fondo del pasillo. Se supone que es el cuarto de invitados, pero nadie suele entrar ahí. Lo más seguro que acabe durmiendo en su habitación yo también... Nayara y Sara son muy diferentes, pero a pesar de todo nos llevamos muy bien las 3. Nayara es la típica chica simpática y muy deportista. Es guapa y súper inteligente. Tiene el pelo castaño claro, completamente liso. Suele llevar vaqueros y camisetas con muchos colores. Y le encantan las converse, como a mí. Sara es algo especial... Sus padres están divorciados y su madre siempre le compra un montón de ropa y cosas caras. Y su padre más de lo mismo. Dice ella que se pelean para que ella elija a uno. Tiene un montón de cosas chulas y tiene por lo menos 5 casas, la de su padre, la de su madre, la de la playa de su padre, la de Los Ángeles y la de Alemania. Sara casi siempre va de rosa y suele llevar cosas brillantes. Es rubia de ojos azules y tiene el pelo muy rizado y más o menos por los hombros. Es guapísima y simpática, pero un poco egocéntrica...
Son mis mejores amigas desde primaria. Bueno, primero conocí a Nayara y éramos las mejores amigas del mundo mundial, y aún lo seguimos siendo. Por eso a Nayara le cuento más cosas y estoy más con ella. 
Fuimos las tres al ''cuarto de invitados'' y nos sentamos a hablar. Ellas me contaron todas las novedades y yo también. Pero cuando miré el reloj ya eran las 4:45, y enseguida nos arreglamos. No les conté nada, simplemente les dije que iríamos a dar una vuelta. Cuando nos terminamos de arreglar le dije a mi madre que íbamos a pasear un poco y a que les enseñase el pueblo y que volveríamos a la hora de siempre para cenar, a las 9. Cogí las llaves, cerré la puerta y bajamos las escaleras. Salimos del portal. Había quedado con Jake a las 5 en el parque del Xopo, justo en la fuente. Ya eran menos 5 y casi habíamos llegado. Mientras íbamos hablando sobre el ex-novio de Sara, el italiano, que habían cortado hace poco. Llegamos a la fuente y ahí estaba Jake y otros tres chicos más. En cuanto lo vi me miró con esa carita que él tiene y que solo él consigue poner para que me derrita. Le mire y les dije a las chicas:
-Mira ahí están.
- ¿Ahí están quienes? ¿Conoces a esos chicos?- dijo Sara extrañada.
-Eso eso, ¿los conoces?- Añadió Nayara.
Y entonces llegamos. Jake me abrazó y yo le besé. Me preguntó al oido que quienes eran las chicas esas y yo, le pregunté lo mismo pero de sus amigos, aunque lo sabía perfectamente. Nos reímos los dos y le presenté a él y a sus amigos a las chicas.
-Jake, estas son Sara y Nayara. ¿Te acuerdas de ellas? ¡Son del instituto!
-Ahhhhhhh, vale, ya me acuerdo, por lo menos de Nayara. Vino a hablar conmigo el día de la reunión.
-Es verdad, ¡ya me acuerdo de él!- dijo Nayara.
-Bueno, pero yo aún no he presentado a estos, jajaja. Este es Jason y esos dos de ahí son Derek y Austin. Chicos, ¡venir!
-Encantadas- dijimos Nayara, yo y Sara.
Los chicos eran todos bastante monos. Como Jake, jiji. El que se llamaba Jason era castaño oscuro con los ojos verdes. Tenía el pelo con un tupé, iba con una camiseta verde y unos vaqueros y llevaba un skate en la mano. Otro que se llamaba Derek tenía el pelo muy parecido a Jake, pero más bien rubio,  y lo él lo tenía más liso y más cortito. Y además tenía los ojos castaños muy oscuros, más tirando a negro. Derek iba vestido de azul claro y con un pantalón pirata a rayas. El último, llamado Austin era uno de los más monos, exceptuando a mi Jeiki, claro está. Era castaño claro con los ojos azules a rayas. Solo los ojos de él te dejaban plasmada. Llevaba una camiseta roja y unos pantalones vaqueros.
Jake, mientras yo inspeccionaba a sus amigos y él a las mías, dijo de ir a la heladería a por unos helados todos juntos, y luego ir a dar una vuelta por la vieja colina o por el parque ese que está lleno de pinos y que tiene una pista de skate enorme. Lo de ir a la heladería fue como un deja-vú para mi...  Todos aceptamos y al llegar a la heladería pedimos unos helados. Yo, como siempre, ya más que nada por costumbre, pedí dos. Uno de cookies y de vainilla y otro de fresa y de dulce de leche. Al principio Jake me miró raro, pero cuando le dí su helado me besó en la frente y se rió. Nos sentamos en una mesa enorme que preparó el dependiente para nosotros. Nunca me acuerdo de su nombre, creo que se llamaba Fabricio, o algo así. Yo me senté al lado de Jake y de Nayara. Todos empezamos a hablar y a preguntarnos cosas mutuamente. Eran los tres súper simpáticos.
Cuando casi todos (Menos yo, que siempre tardo un montón) se habían acabado el helado fuimos al parque ese. Nos sentamos en el césped, que olía a recién cortado y los chicos empezaron a ''hacer mortales y entrenar'', como ellos dicen. Excepto Jason y Derek que querían ir a la pista de skate. Al final fuimos a la pista y ahí nos entretuvimos un buen rato mirando como Jason hacía un montón de cosas flipantes con el skate. Cuando miré el reloj ya casi eran las 9 y nos tuvimos que despedir muy rápido. Los chicos nos acompañaron hasta el portal de mi casa y se despidieron. Jake me besó y me dijo que me quería una vez más al oído. Yo le contesté que yo más y nos fuimos. Mientras subía las escaleras volví a mirar el reloj. Las 9:20. Esta noche nos quedamos sin salir, estoy segura. Y efectivamente, nada más abrí la puerta ahí estaba mi madre esperando en el sillón, cabreada. Empezó a decirme que habían cenado sin nosotras y que se había enfriado la cena y un montón de cosas más, teniendo en cuenta que todo eso lo dijo gritando... Acabó diciendo que cenáramos con tranquilidad, ya que esta noche no saldríamos. Mierda... Seguro que ya no se podía hacer nada... Menos mal que convencimos a la madre de Nayara para quedarse tres días. Así teníamos mañana por la noche para salir, que por la noche la playa está preciosa. Cenamos espaguettis y de postre tarta de limón. Luego nos fuimos al cuarto y nos pusimos el pijama. Ya eran las 10:45. Mi padre puso el colchón de mi cama en medio de los otros dos colchones de Nayara y Sara para que pudiésemos dormir juntas las tres. Nos lavamos los dientes y nos sentamos en la cama a hablar. Se nos pasó el tiempo, pero entonces, sobre las doce, la ventana hizo un ruido raro, como si alguien le hubiese tirado algo. Y nos asustamos las tres, nadie se quería asomar. Entonces reconocí la voz de Jake, y la de Austin. Y de fondo se oía a Derek y a Jason.
-Eh, vosotras, venga, abrid, sabemos que estáis ahí.
Nos asomamos las tres a la ventana y estuvimos hablando con ellos y haciendo tonterías hasta la una y media más o menos. Que llamó la madre de Jake a su móvil diciéndole que volvieran ya a casa. Nos despedimos de ellos y nos tumbamos cada una en su cama, o más bien cada una en su colchón. Hablamos un poquito más pero nos entró sueño y decidimos dormirnos ya. Puse la alarma del móvil a las 10, como siempre. Así quedaríamos por la mañana y comeríamos en la playa. Bueno, ya llamaré a Jake mañana y le contaré el plan. Seguro que dice que sí. Ahora es mejor que me duerma ya, que las otras dos ya están fritas.



jueves, 5 de enero de 2012

Holaaaaaaaaaaaaaaa, traigo un notición... Empezando el 2012, ya he cumplido mi sueño desde los 9 añitos, sabeis cuál era? ESTE!

Me ha costado mucho tiempo sin gastar ni un euro en nada jiji, (Para ser exactos, 11 meses y 14 días) pero ha merecido la pena, no?
Ahora vivo para esto, me levanto por la mañana pensando que clase de fotos voy a hacer durante el día, y no hago más que pensar en que complementos le hacen falta, más filtros, el parasol, el difusor de flash, el disparador automático... La funda y la tarjeta ya las tengo, pero hay taaaaaaaaaantas cosas!
Bueno, aprovecho para desearos un feliz 2012 atrasado, y que os traigan muchos regalitos los reyes eh! jiji
Ah, casi se me olvida, Miss también quiere felicitaros el año, me ha pedido que os diga que está harta de verme con una cosa negra en el ojo y de que no pare de hacer click, click, click... jajajaj, un besazo para todos desde aquí (L)